CARPA II, rioplat., chil., per., ecuat., mej., nmej., domin., portorr., ‘tienda de campaña’, ‘toldo’, origen incierto.

1.ª doc.: 1875, Z. Rodríguez; 1861-83, J. de Arona.

Lenz, Dicc. 182, que sólo conoce la existencia del vocablo en Chile, Perú y Arg., indica brevemente que viene del quich. carpa ‘toldo’, ‘choza de caña o paja’ (Middendorf, a. 1890). Hz. Ureña y Friederici no tratan del vocablo. Sin embargo, es muy extraño que un quichuísmo se extienda más al Norte del Ecuador; para esta extensión, vid. Hz. Ureña, BDHA IV, 47, y Malaret. Debería averiguarse si en las Antillas y América del Norte puede ser el vocablo de importación reciente, debido a alguna corriente comercial que no me es conocida1, y si figura en diccionarios quichuas anteriores a 1890. Lafone dice que en este idioma viene de kkara ‘piel o cuero’, con la «partícula final pa»2. Sin embargo, kkara tiene kk (consonante velar) mientras que karpa se pronuncia con k palatal (Lira). Ante estos hechos, y la falta de testimonios en cronistas de Indias, existen graves razones para creer que carpa sea más bien castellanismo en quichua, y que la voz indiana salga de carpeta, tomado por un falso diminutivo; no es objeción decisiva la de que carppa ‘toldo’ ya figure en los vocabularios quichuas de Fr. D. de S. Tomás (1560), Gz. de Holguín (1608), según la ed. de 1901, y Torres Rubio (1619, vid. Lizondo Borda), pues ya corrían por entonces hispanismos en quichua; comp. esta c- con la k de kara ‘cuero’ en Gz. de Holguín. Carpeta es popular en América (significa ‘tapete de mesa’ en Méjico, ‘tapete de la mesa de juego’ o ‘la mesa misma’, en la Arg.: M. Fierro I, 986; II, 3152, 3367) y ya antiguo en el idioma, pues significa ‘cubierta de badana para una mesa o arca’ en La Pícara Justina (1605) y ‘manta o cortina que se ponía a las puertas de las tabernas’ en otros autores de la primera mitad del XVII, como Calderón y Salas Barbadillo; también está en Oudin (1616, y creo ya en 1607). Nótese que carpa no se aplica sólo a la tienda de campaña, sino a cualquier toldo, por ej. el de un carro; en Colombia lo he oído aplicar a un gran entoldado de feria. Cierto es que la presencia en Fr. Sto. Tomás apoya, aunque no asegura, el origen quichua.

1 Para Santo Domingo se funda Malaret en una comunicación epistolar de Patín Maceo, quien no trae el vocablo en sus Dominicanismos. Se nota que Hz. Ureña no lo da como usual en Santo Domingo, ni en el volumen citado ni en el siguiente de la misma colección. Tampoco figura en los diccionarios de americanismos referentes a Méjico, Cuba, América Central, Colombia o Venezuela, que están a mi alcance. Claro que esta ausencia no prueba nada tratándose de un vocablo que ya trae la Acad. en 1884 (como peruanismo).―

2 Hay, en efecto, muchas palabras quichuas terminadas en -pa (pampa, kaámpa, nombres de lugar como Sumampa, Socompa, etc.), en alguna de las cuales es indudablemente partícula formativa: khaápa ‘pedazo de cosa tajada’ junto a kháay ‘tajar’, Ƈirápa ‘llovizna’ junto a Ƈírau ‘invierno’. Con todo, la formación es diferente.